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Oracio

El Gran Chambelán
La niña sin nombre
Una gran idea
Léonid
Esméralda
Henrique
Olga
Joanito
Oracio
Silas
Ingrid
Naomi
Tenzin
Samir
Las leyes
Envidia
Derechos del Niño
Cartel
Firmas
Miembros
Conclusión

 

"Algunos hombres llegó a casa, una noche, dice Oracio al Gran Chambelán. Ellos
mi padre atado a una silla y lo golpearon a confesar. No sé lo que querían. Yo no entendía, pero nos tuvimos que quedar a presenciar la tortura. Y como mi padre no dijo nada, nos llevaron a todos a una gran prisión. A la salida, nos dijeron que nos permitirá a reflexionar... No sé lo que hice mal. Nunca vi a mi padre".
En puntas de pie sobre el taburete de la prisión, demasiado pequeño para ver en la calle, Oracio sólo puede ver las estrellas, con los brazos extendidos hacia el cielo, con los dedos apretados en los barrotes de la pequeña buhardilla que sirve como ventana. Él está en la cárcel porque su padre era un opositor político de su país.
El gran chambelán lleva al niño con él en este largo viaje.

No necesita nada más que cinco hijos a encontrar...